Y se levanta uno a mirar cómo van sus amigos, sus cercanos y lejanos, y se encuentra con que ayer fue asesinada otra líder social, Yamile Guerra, abogada santandereana que defendía el Páramo de Santurbán del poder industrial minero, y voy a buscar dónde confirmar si es cierto.
Y paso revista por todos esos medios de comunicación colombianos. Paso hasta por aquellos que provocan nauseas por descarados encubridores como el diario El Tiempo o La W. Caracol y RCN ya da espanto mencionarlos. Y pasa uno por los otros que se dedican a manipular en favor del poder pero a veces ponen algo, como Semana y El Espectador. Y El Tiempo -para mi sorpresa- confirma este nuevo crimen, aunque con esa superficialidad cómplice que lo caracteriza desde su fundación. Ningún otro pone nada.
Y sí, es un nuevo asesinato del que ya no importa cuál es el autor material porque los jefes de la banda son el gobierno colombiano, su fuerza pública y los potentados económicos a los que la valiente Yamile había llevado hasta los tribunales.
Y entre tanta basura de los medios veo cómo se trata de presentar al gobierno de la mejor manera. Y que la economía de los poderosos va bien. Y que Duque, bien, total es para cumplir con la fachada esa de democracia.
Y entre tanta basura de los medios veo cómo se trata de presentar al gobierno de la mejor manera. Y que la economía de los poderosos va bien. Y que Duque, bien, total es para cumplir con la fachada esa de democracia.
Y se convoca desde la desesperación a que vayamos a manifestarnos el próximo viernes 26 de julio por los 600 líderes asesinados por el estado de derecho colombiano.
Y sí, habrá que salir, pero, ¿y qué? ¿Por qué los mataron? Por qué los han matado desde Rafael Uribe Uribe en 1914, asesinado en las escaleras del Congreso después de haberse desmovilizado trás enfrentarse en tres guerras civiles contra un poder ya mezquino desde la independencia.
Lo mataron a Uribe, a Guadalupe, a Gaitán y a los líderes sociales del siglo XX y XXI porque hay un estado de derecho que requiere un pueblo sometido, callado o que solo haga bulla para aplaudir sus infamias o los trofeos de segunda de su circo. Un poder que históricamente aplasta con sangre los derechos laborales o aquellos que les disputan si quiera un metro cuadrado de tierra. Que la salud, la educación y las oportunidades sean un privilegio para los que puedan pagarlas o para los que acepten estas reglas y ayuden a mantener el sometimiento, la muerte y el miedo en Colombia. A esos hasta becas les dan y puestos públicos.
Que sus grandes aliados en el exterior vengan y extraigan toda riqueza posible. Bien dice el profesor López Obrador, presidente de México, que estas élites gobernando América han saqueado más riquezas que en toda la colonia española.
Y el campo colombiano cada vez más improductivo. Solo produce para los latifundistas establecidos desde la independencia colombiana. El campesino cada vez más pobre y marginado.
Y el campo colombiano cada vez más improductivo. Solo produce para los latifundistas establecidos desde la independencia colombiana. El campesino cada vez más pobre y marginado.
Y cada vez hay más miedo.
Y cada vez más resignación a aceptar el estado de derecho que es un “estado chueco”, otra vez citando a López Obrador.
Entonces cada colombiano -siempre con valientes excepciones- es un pequeño ejemplo de corrupción, a ver cómo te saco provecho y vivo de ti, en la familia, la amistad, el amor, los negocios y el trabajo.
Entonces cada colombiano -siempre con valientes excepciones- es un pequeño ejemplo de corrupción, a ver cómo te saco provecho y vivo de ti, en la familia, la amistad, el amor, los negocios y el trabajo.
Y todos aquellos que nos oponemos y miramos de frente somos unos borrachos, mamertos, de mente estrecha, como me llaman mis primos, los medio ricos y los pobres.
Y hoy otra vez de luto. Hasta cuándo.
Y hoy otra vez de luto. Hasta cuándo.
No se ha podido por las armas revolucionarias. Y por las políticas no hay manera. No mientras salgamos a manifestarnos divididos en nuestros propios intereses.
Veamos un ejemplo, la comunidad indígena Nasa, un pueblo trabajador, unido y rebelde, pero mal representado varias veces por sus dirigentes, tuvo la posibilidad de sumarse a un paro general que iba a ocurrir coyunturalmente y que hubiese sido medio de presión a este gobierno del crimen organizado colombiano, y los mandaron a sus casas justo a tiempo después de firmar oportunos nuevos acuerdos con Duque.
Hasta cuándo estas divisiones entre maestros, indígenas, trabajadores, regiones y país.
Hasta cuándo estas divisiones entre maestros, indígenas, trabajadores, regiones y país.
Hasta cuándo te vas a sentir mejor que el vecino, que tu hermano. Hasta cuándo quieres sacar provecho del otro, colombiano.
¿Hasta cuándo vas a matar o hacerte el de la vista ciega?
Estás contento con tu estabilidad barata, con tus lujos baratos. Allá yo y todos los mamertos inconformes. Plomo para nosotros, como me dicen mis familiares.
Estás contento con tu estabilidad barata, con tus lujos baratos. Allá yo y todos los mamertos inconformes. Plomo para nosotros, como me dicen mis familiares.
El 26 de julio voy a manifestarme no solo porque están matando a los líderes sociales, sino a seguir expresando sus reclamos.
Porque no son solo 600 víctimas ahora, “el desplazamiento forzado, las masacres, los asesinatos selectivos, las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales, las amenazas, los falsos positivos, han provocado más de 4 millones de víctimas” (Memoria y violencia política en Colombia, Andrés Cancimance López, 2013)
Porque no acepto que vayan a fumigar con glifosato, porque no puedo aceptar que se hagan leyes para exculpar corruptos.
Porque debe ser juzgado Luis Carlos Sarmiento Angulo por corrupción empresarial. Porque Alvaro Uribe se someta a una comisión de verdad y contarle al país la historia del paramilitarismo colombiano. Porque el fiscal Néstor Humberto Martinez debe ser juzgado no solo por corrupto sino por dos homicidios cometidos descaradamente en público.
Porque hay que reformar urgentemente la legislación laboral. Porque la salud y la educación sean un derecho público gratuito. Porque es necesario crear oportunidades para los jóvenes para enfrentar la delincuencia. Porque necesitamos un ejército y una policía para proteger al pueblo, no para torturarlo, desaparecerlo y asesinarlo.
Porque se respete la autonomía y se cumplan los acuerdos con indígenas. Porque los paperos y el campesino humilde tenga por fin oportunidad para salir del marginamiento. Por el cumplimento de pactos con transportadores, maestros y trabajadores de base.
Porque es necesario un estado social de derecho en Colombia, no un estado chueco que se celebra cada 20 de julio desde 1810.
¡Basta ya!
NC
NYC, 21 de julio 2019
NYC, 21 de julio 2019
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