Cartas a Salvador

A tus 14

Hoy cumpliste 14 años.

Estamos juntos. Han ocurrido una cantidad de cosas en tu vida, y de forma tan acelerada, que, como te dije en la montaña, no he tenido tiempo para reaccionar. Aprendo con cada instante y con cada evento.

Hará un mes que nos colamos en el cementerio, en la noche. Scooby corriendo a nuestro lado. Fue la primera vez que hablamos de tantas cosas que me imaginaba serían tema tal vez a tus veinte. 

Te has empezado a hacer hombre. Por tu gallardía has empezado a vivir de manera acelerada. Agradezco al cielo haber entendido las señales a tiempo y poder estar contigo. No han sido momentos fáciles. Y sin embargo ahí estás, atento, escuchas…
Hasta hemos llorado juntos. 
No es fácil hacerse hombre, crecer. Es una decisión a la que te enfrenta la vida. Son pocos los dispuestos a crecer. Son menos quienes aprovechan edades tempranas para empezar. Lo primero es escuchar. Esa es la puerta. Al padre, saberse hacer escuchar. Y en ambas –y como siempre- el amor es la clave de sol.

Todavía anoche le sacábamos garrapatas al pobre Scooby. Este viaje a la montaña fue una especie de retiro de hombres, (“retiro”, evento de aprendizaje que me enseñó un buen maestro). Cuando íbamos en camino con el Mono y los perros le pedía a la Magia mucha iluminación. Hiciste un buen trabajo. Qué buen fin de semana… 

Confío en ti. En la fuerza de tu corazón. La nobleza se ve en los ojos de la gente. Y cuando dos hombres pueden mirarse a los ojos, así tu tengas 14 y yo 43, no necesitan demasiados enredos de palabras. Las justas, claras y sin rodeos. Así vamos. Aquí estamos.

Foto Salvador Cristancho
Pongo rodilla al piso y venero a las mujeres todas, diosas, sin vosotras no habría escuela. Ahora voy a dedicar esta carta a unos hombres que me inspiraron en este camino. Hay uno muy callado con quien me identifico todo el tiempo, se llama Ismael. Su constancia y amor son inspiradores, sin importarle las circunstancias, es padre. Paul Merino, mi gran maestro, padre, abuelo y amigo. Germán Meneses, Hermano Mono. Y Jorge Rapolla. En el camino de vuelta, todavía en la montaña, con feliz sorpresa, la gran Magia nos hizo dar con un hombre que reaparece con el Sol, Mario Metales. No hay coincidencias (vamos por buen camino… Senderos intensos, radiantes, se avecinan…)

La Magia, La Vida, nos enseña que hay necesidad de ser padres conscientes. El nuevo ciclo, los nuevos vientos, las tormentas que vendrán, llaman al hombre a volver a ser hombre. Y en buena parte comienza con ello: Ser Padre.
Aquellos hombres que no tuvieron un padre –porque no estuvo; o estuvo y no estuvo-, la vida los enfrenta a romper el ciclo; o a enfrentar demonios que hasta se materializan físicos (siempre producto de la mente).

El día que empecé a crecer como hombre fue cuando tu mamá me contó que estaba embarazada y te celebramos. Hace catorce años. Sigo y seguiré aprendiendo… 
A tus catorce… 

NC 
NY, Octubre 25 de 2011. 

1 comment:

Anonymous said...

ay Nestor.....siempre me haces llorar con lo que escribes...y es que siempre he sabido que lo haces con todo tu corazon.....que invaluable regalo tiene Salvador al contar con el amor de su padre... y sobre todo que ese padre seas tu...dicen por ahi que todos somos uno...asi que la felicidad de Salvador y la tuya nos contagia a todos...es divino sentir el palpitar del corazon y el rodar de las lagrimas por las mejillas leyendo tus experiencias...solo me queda decirte ""que viva la magia del amor eterno""