2010

En la foto: Scooby- el perro de mi hijo

Para continuar el camino consciente, los seres de luz, los mensajeros de la esencia, deben cerrar ciclos.

Este 2010 que es un número prestado, sí, que es un invento de Roma, sí, que esto y lo otro, es la señal en el camino de millones de seres humanos. Tal vez solo unos pocos entiendan su significado. Serán suficientes.

Una vez descubierta la luz de la esencia algunos nos hemos quedado pasmados ante sus evidencias mágicas.

Reaparece el ego y la mente entra a controlarnos de nuevo, y entonces aquel camino esencial se convierte en una competencia de tontos. Sal de la trampa del ego.
Los seres de luz deben dirimir sus diferencias. Es una máxima el cesar de juzgar y de criticar al otro. Si realmente quieres transformar algo, sé ejemplo. El poder de la magia está esperando por esos seres. Una vez cerrado el ciclo del ser primitivo, del ser de ira, vendrá el nuevo ser. El ciclo al que estamos a punto de entrar requiere de seres conscientes.

Con ello, el nuevo tiempo brillará como un amanecer de esplendor.

El constante devenir nos trae ahora el ciclo de las alas y de las puertas. Aquellos preparados a escuchar, se lanzarán al vuelo o abrirán puertas.

Es el comienzo de la era anunciada por profetas diversos.

Las posibilidades son infinitas.

¿Cómo cerrar el ciclo éste de la angustia inconsciente?

Con vuestras manos y brazos.

Las palabras serán prescindibles ante la evidencia del gesto.

Vuestros brazos, vuestras manos serán extendidos ante aquel que considerabas adversario, al odiado, al oponente.

Así irás abrazando en humildad a tu hijo, a tu madre, a aquel a quien ves como el padre cruel; al sacerdote, al rabí, al musulmán.

Abraza a aquel que se oponga a tu idea. Dale las gracias. A estas alturas ya habrás entendido que tu idea carece de valor esencial.

Y carece de valor esencial porque es individual. Eres un grano de arena oponiéndote al todo.

Extiende las manos. Perdona. Termina viejas rencillas.

Así que pídele perdón a tu hijo de 5 años, de 10, de 20, de 30. Pídele perdón. Abrázalo.

A aquella mujer, a aquel hombre, a aquellos que culpabas de infames, extiéndele los brazos.

Así cerrarás el ciclo de la angustia inconsciente. Es el remedio a la plaga de la era.

Ofrece tus brazos sin temor, abraza honestamente. Permanece alerta.

El ciclo oscuro se cerrará. Agradecemos su enseñanza.

La puerta de la luz se abrirá muy lentamente.


NC

Bronx, 30 de diciembre de 2009