Ahhh Benedetti...

Era la redacción fría del periódico El Tiempo en la Bogotá de 1994 cuando realmente conocí a Benedetti. Aún conservo ese libro de cuentos, con sus hojas sueltas pero ordenadas, que cierra con 'La vecina orilla'... 
Cuento por cuento me los fue leyendo una paisa enamorada cuando nos quedábamos tarde en ese galpón de palabras inservibles. 
En domingo nos enamorábamos má leyendo el aquel librito verde...

Hace un par de semanas el viejo metió el susto. Dijo "me voy".

Su último viaje lo honro con el amor de una rosa-rosa que me envía fragmentos de los poemas 'benedittos' en text message... Del librito de las hojas sueltas a la tegnología telefónica le honro al viejo en ésta: Que no queda más remedio que seguir al corazón... 

En la noticia cuentan que su secretario cuenta que "de a poquito dejó de respirar".

Benedetti fuiste y sos un ángel...

NC
Visitando el amor en Nueva Jersey