Diálogos de Samantha: Me da miedo enloquecer

a veces pienso que no me voy a recuperar del todo

mientras más leo sobre esto me asusto mas

me da miedo enloquecer

integrarse es difícil en cualquier parte, y allá (en Estados Unidos) debe ser toda una odisea, sobretodo por los patrones sociales

el concepto de la visión americana aquí en Venezuela es muy deforme.

a mi entender son tan conservadores que eso genera la exclusión que tanto problema causa y que tanta discriminación engendra

es un circulo vicioso

me da miedo enloquecer

A mi cuando me dan mis ataques de ansiedad pinto o si no hago ejercicios

por ejemplo, cuando estuve hospitalizado la última vez fue más didáctico en ese sentido

Hacíamos terapias de grupo, monólogos de cosas que atormentaban en ese momento.

Sobretodo las que se relacionaban con abandono o poco valor para hablar, a veces las terapias funcionaban, a veces no. Depende de cada caso.

Hay un ejercicio bien lindo que era una carta dirigida a despedirte de tu juguete preferido, esas cosas de la infancia que tienes y pierdes por alguna razón.

Es un ejercicio de psicoterapia conductual. Déjame te cuanto algo, no hay teorías erradas solo adecuadas para cada caso.

Me explico, la escuela conductual en esencia no es muy distinta de la psicoanalítica, en ambos casos la idea es adquirir herramientas que los terapistas denominan mecanismos de defensa y estos, todas las personas los tenemos: proyección, negación, supresión, etc.

Mientras más primitivos son los mecanismos de defensa menos oportunidad tienes de adaptarte y es necesario conocerlos y comprenderlos y ser prudentes al enfrentarlos.

Por ejemplo, una mujer que fue víctima de una violación requiere de mecanismos y herramientas orientadas a aprender a vivir con eso de un modo que le sea posible olvidarlo y allí la elección sería la escuela conductista que te aborda cortando nexos con los momentos dolorosos, una vez que has hecho contacto con ellos.

Ahora, si esta mujer fue violada, queda embarazada y da a luz entonces el psicoanálisis a través de otra corriente hace contacto con el dolor y te enseña a superarlo conviviendo con él.

Entonces se puede decir que se trata más de individualizar cosas que de aplicar, en términos generales, terapias específicas.

La depresión, por ejemplo, mal de nuestros días, los trastornos de conducta, trastornos de atención, abuso de sustancias, todas coexisten en distintos planos según el diagnóstico y todas las personas en alguna medida llevamos algún tipo de malestar psiquiátrico.

Son cosas que pasan, es la vida Samantha. Quién se iba imaginar en nuestra niñez que todos íbamos a terminar de algún modo viviendo experiencias tan distintas e inesperadas.

Yo por lo menos ahora le desarrollé fobia a las relaciones de pareja, y es contradictorio porque no quiero tener ninguna relación con nadie y en el fondo la deseo intensamente, solo que pierdo mucha energía esperando a la mujer ideal.

Creo que lo ideal es estar en paz, debes entregarte a la paz. La meditación sirve para manejar todo esto. Siempre estaremos trabajando en algo para crecer y ser mejores seres humanos. Nunca se descansa en realidad, solo que cambian los modos.

Por ejemplo, ¿qué piensas de escuchar voces? De pasarte el día asustado o sentir culpa en exceso sin razón, alucinaciones sónicas, pensamientos repetitivos y cambios extremos de ánimo que van de la fatiga extrema a la euforia todos los días y sentirte que luchas o vives sin una razón personal propia sino de otros, que eres prisionero de tu destino, que tus responsabilidades superan tus deseos de libertad, que te aburre la vida cuando te rodeas de gente que no tiene nada en común contigo y, así, episodio tras episodio, ver morir gente y saber que podría salvarse, aunque no sea cierto.

Sentir envidia de la gente que te rodea o que te cueste diferenciar entre la autoestima y la vanidad, la generosidad y el egoísmo, y además estar con la conciencia en paz.

Ese es el conflicto, y bueno aunque ahora es mas claro, no deja de ser complejo.

La flexibilidad es mejor que la rigidez en todo sentido.

José Rafael Clemente en Diálogos con Samantha Rapolla.