Entrevista: Vida de Gato



Este gato dice que cuando hace música se transforma en animal. No le interesa poseer lugares porque "los gatos están aquí y allá". Se inventa palabras cuando habla, porque eso es lo que hace con la música. Aunque se le nota cierto cansancio en la voz. "No es que esté cansado. Es que yo soy así", dice lentamente. Y sigue: "Es que yo soy pienseroso..." ¿Qué? "Que pienso demasiado... pienseroso... A lo mejor ni exista esa palabra..."

El Gato Barbieri tiene 72 años. Saxofón tenor. Ha grabado 52 discos. Su música ha sido una de las puertas de entrada del mundo Latinoamericano a la fusión y experimentación a partir del jazz.

Su descubrimiento llegó con la gran era de los cambios que fomentó la mitad del siglo XX. Su fama se extendió después de grabar la banda sonora de una de las piezas maestras del cine: "El último tango en París", de Bernardo Bertolucci.

Esa era su pandilla, Bertolucci, Godard, Fellini, Pasolini, esos mismos que incitaron a la música, la pintura, la literatura y a una que otra revolución.

Su abuelo era italiano, él nació en Rosario, Argentina, "la tierra del Ché Guevara", él mismo siempre lo subraya. Y fue su esposa Michelle la que lo devolvió a esa pandilla, en Europa, donde saboreó las mieles en la música y donde se rebeló en protestas callejeras, como cuando Pinochet derrocó y asesinó a Allende. Pero de Michelle habla poco, porque le duele. Le dolió tanto cuando ella murió, que pasaron casi 10 años para que volviera a salir de su claustro (82 a 1996). "Ella murió y no tuve tiempo de sufrirla porque sufrí ese infarto... Y me metieron esta cosa en el corazón..."

Y desde hace dos años, otra vez, no graba, ya no le interesa: "Solo hago conciertos. Grabar no me interesa. Porque grabar es un engaño. No te mandan dinero, porque vendieron poco. No hacen la propaganda del disco... Además ya he hecho 52 discos, he hecho todo lo que yo quería. En cambio con los conciertos nadie me dice lo que tengo que hacer. Y basta".

Precisamente, Barbieri dará un concierto este sábado 3 de febrero en el teatro BergenPAC de Englewood, una ciudad vecina al Club de la Cabala. El Gato Regresa a esta área dos años después, con una recopilación de la música que lo ha hecho famoso.

"Nunca puedo decir qué voy a tocar. Hay temas que voy a interpretar, pero siempre resulta algo más. A mi nunca me resulta dos veces lo mismo", se anticipó.

El Gato Barbieri se toma su tiempo para responder a cada pregunta. Hace dos años lo entrevistamos, también por teléfono.
Esta vez contestó con palabras más lentas, desde el mismo apartamento que tiene en el este de Manhattan, y que comparte con su esposa Laura y su hijo Christian, de 10 años; y un perro. Entonces comenzó diciendo: "Estoy aquí... Mirando este día gris... Y me doy cuenta que soy un pedazo de nube..."

Entonces también nos contó: "En Buenos Aires conocí a Michelle, mi primera esposa. Yo tocaba en tres bares a la vez. En El Mogador, El Jamaica y Le Rue. Me decían: 'Pero vos parecés un gato ché, estás aquí y allá... ¿Cómo hacés para ser tan gato...' Y desde ahí ya no fui más Leandro, me quedé Gato".

Solo atiende entrevistas telefónicas porque no le gusta lidiar con periodistas, porque además dice que "no saben nada. Y luego se están inventando cosas".

Ese es el Gato, frentero. Dice lo que piensa. Aquí otros cortes de reciente charla...

La Cabala: Es usted bastante arrogante, ¿no?

Gato Barbieri: Sé lo que quiero y sé que no me gustan los problemas. Sigo los pasos de Miles Davids.

(Hace una larga pausa...)

El músico debe trabajar mucho. Yo tocaba con Don Cherry, y en 45 minutos tocábamos 10 a 12 temas. Es decir, uno tenía que estar atento para seguir a Cherry. Yo aprendí mucho de él. A ser rápido, a ser líder y a ser honesto cuando uno toca. Yo por ejemplo no pienso en hacer cosas para el público. No me interesa, yo las hago para mí, otra cosa es transmitirlo, eso es lo que va al público".

L.C.: También idealista...

G.B. Claro que soy idealista. Yo quería ir para arriba, no para abajo. Fui a Buenos Aires a hacer conciertos y las críticas que me hacían era porque yo toco con medias coloradas. ¡Rojas! Algo que me parece tan pelotudo.

Cuando yo toco paso la pelota, como en el fútbol. La toco, cada quien se expresa, cada músico participa, y al final metemos el gol.

Aquí no hay libertad para expresarse. En Europa sí, allá son más inteligentes, no están tan enbrutecidos por la televisión y el cine, que siempre dicen las mismas cosas. Por ejemplo, allá manda el free jazz, mientras que aquí está el smooth jazz.

Otro ejemplo, mi última intención era grabar en Cuba. Pero no hay productor que quiera ir a Cuba...

Por ahí sigue y afirma que el presidente George Bush es un loco peligroso y exalta el proceso político de socialización que vive Suramérica: "Están progresando muchísimo. Con Venezuela, Brasil, Uruguay, Bolivia, Chile y Argentina. Se está uniendo, porque ésa es la única manera que pueden salir a flote.

"Se está configurando cierto orden mundial. Hay críticas... Es un proceso. (...) En Argentina, Kitchener, ha sido un fenómeno, estábamos muy mal y remontamos increíble".

Al Gato le gusta hablar de política, pero desde hace 8 meses la cosa no es la misma. "Murió mi hermano, (Rubén Barbieri, destacado trompetista de jazz).

"El no fumaba, hacía ejercicios, no bebía y le vino un derrame cerebral, y se murió en dos días. En casa quedamos muy mal. Porque él estaba físicamente perfecto. Fue un golpe muy duro. Porque una cosa es alguien que ha estado sufriendo de una enfermedad mucho tiempo, pero uno que esta muy bien, que se muera... Es muy difícil... También se han ido amigos, y otros que no eran amigos.

L.C.. ¿Le teme a la muerte?

G.B. Siempre se piensa en eso. Pero lo que me perturba es que los amigos se vayan. Yo tenia una relación muy buena con mi hermano. Hablábamos de política, de fútbol, de tantas cosas... ahora no tengo ese enganche...

Pero uno siempre tiene miedo. El otro día, supe que todos los que tienen que tocar tienen miedo. O cantar o bailar, Pero cuando uno está ahí se le pasa.

Eso sí, le tengo que decir que lo más critico de mi edad es que ya no bebo.


Néstor Cristanch
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Discografía Esencial

El Gato Barbieri tiene 52 discos. Comienza a grabar desde 1960, aunque en Argentina ya tenía una larga historia.

Aquí presentamos una selección de los que consideramos los necesarios:

  • El super clásico: Europa, Gato y Carlos Santana, incluido en la recopilación Finest Hour del 2000 y en Earth's Cry Heaven's Smile.
  • Calle 54, 2001, Gato es uno de los músicos invitados a este majestuoso documental de Fernando Trueba.
  • Sin duda, la versión del Ultimo tango en París, 1973, ganador de Grammy.
  • El Pampero, 1972.
  • Gato Barbieri, 1982, sello Fania.
  • The Shadow of the Cat, 2000.

  • The best of Gato Barbieri, 2004.

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