Os contaré la historia de Sura y Zimba,
que fueron testigos de cómo golpearon, violaron y torturaron a su madre. Fueron testigos de las torturas y muertes de
sus hermanos.
Sobreviviente, Zimba juró vengarse.
Sobreviviente, Sura abrazó el perdón.
De la memoria, Sura decidió crear un
instrumento de liberación.
De la memoria, Zimba produjo odio y
venganza.
Infinitos van desde entonces, Zimba,
ciego de odio y una venganza que alimenta a la oscuridad.
Sura, en la luz.
A Suráfrica, a Zimbabue, a Colombia, a
vos…
NC
Tuluá, octubre 2015
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