De estado

En Colombia el terrorismo de estado sigue viviendo tan campante, protegido por militares, policía, establecimiento (las tres ramas de Gobierno) los ganaderos, las familias tradicionales (por ejemplo los Santos, los Santodomingo, los Ardila Lule, Los Sarmiento, etc.), las multinacionales y las grandes empresas nacionales.
Ellos son los responsables de la ejecución de la familia de Ana Fabricia Córdoba. Ella lo dijo varias veces, que la asociación estado y asesinos era temible.
Lo de Carlos Arturo Córdoba, que lo asesinaron y ahora la policía dice que fue cosa de narcos es prueba suficiente para el buen entendedor. La policía está tras el crimen.
La policía y el establecimiento todo.
Ana Fabricia era prima de Piedad Córdoba. Otra perseguida.

En el movimiento Marcha Patriótica ya van 29 muertos. Ajusticiados dirán las fuerzas “del bien” y sus periodistas, María Isabel, Julio Sánchez, Arismendi, y todos los que llevan semanas defendiendo sin vergüenza a Pacific Rubiales.

Sobre el artista de 29 años Gerson Martínez, que tan vigorosamente promovió marchas para apoyar en los parques de Bogotá al alcalde Gustavo Petro, la policía ya armó un cuento de no creer para que a todos se nos olvide su asesinato de estado.

Escribiendo esto me cuentan que el primero de febrero, 'los rastrojos', esos herederos de los paramilitares que también creó Alvaro Uribe, le exigen a los miembros de la renaciente Union Patriótica que salgan del país o serán asesinados.

Me acuerdo que haciendo 'periodismo' en el diario El Tiempo nos hacían cambiar las historias cuando iban contra los intereses de este estado. Me acuerdo cómo cambiaban las noticias cuando salían fallos contra militares torturadores, asesinos y aliados de los paracos. El propio Hernando Santos, padre de Francisco Santos, lo llamaba a uno a su oficina y hasta dictaba el 'lead'.

Me acuerdo cuando viviendo con mi hijo en Medellín, mi compañera de entonces me pasó el teléfono aterrada: “Son los paracos”, dijo. Y a mi me tocó salir a encontrármelos sabiendo que el establecimiento me los enviaba para ver de qué lado estaba yo.
Después cuando pudimos nos fuimos de Colombia.
Hace un año regresé.
Y este estado cínico, roba tierras, ambicioso, sigue igual.
A lo mejor ya no pasan las masacres de 20 y 30 personas en un acto. Ahora se toman sus días para ejecutar a la gente. Como le pasó al hijo de Ana Fabricia, a ella misma, y a otros cinco integrantes de su familia…

NC
3 de febrero de 2014

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