Requiem


Se murió Peña Villa.
Lo mató la mente. Se lo llevó joven. No tenía ni 50.
Me da pena. Fue el primer hombre que conocí que miraba directo a los ojos cuando hablaba.
Lo recuerdo abordando a Eddie Palmieri en las afueras de la Funeraria Amsterdam el día del sepelio de Tito Puente. Entonces escribía el artículo del fallecimiento del “Rey del Timbal” para el Diario La Prensa. Allí lo vi la primera vez. Con su sombrero y calzonarias, no recuerdo si ese día llevaba bufanda.
Buen escritor, excelente voz, encantador cuentero…
Ay Poeta loco…
Esta semana me enteré de que el mes pasado te moriste en el Beth Israel Hospital. Dizque aquejado de problemas respiratorios…
Entonces me acuerdo de tus Marlboro Medium… Del bareto, del Whisky rojo… De Umbrella House y de tu “luchado” apartamento, con la foto del ‘Ché’ en la puerta…
De la “rumba productiva” que llamabas, y de la que creaste tus libros, tus revistas, tus eventos únicos, y tantos amigos. Y me acuerdo de Mario, de José, del Sonero…
Yo me fui una o dos semanas antes que Tango. Lo pateaste fuera de tu “luchado” apartamento. Tango, “el perro con Poeta”, “el perro más conocido de Manhattan”... Tu más fiel pana.
Dejo registrado tu deceso Poeta…

NC
19 de mayo 2011

1 comment:

Carmen Conde Sedemiuqse said...

El deceso del poeta.

Besos y amor
je