A Isabel

En el hospital Domingo Luciano, “del Llanito”, en Caracas, hay una cadena de fuerza, fraternidad y amor cuyo poder hay que admirar.

Cruza hasta Nueva York, y el universo observa atento.

Desde el pasado domingo Isabel Rapolla Falcón está en el mencionado hospital de Caracas.

Desde entonces ha habido una romería insistente…

Comienza en el estacionamiento del hospital, donde unos y otros atienden el acuerdo tácito de poner los carros juntos...

La tía tal lleva el café, entonces otro la comida, aquel las cartas, aqueste algún ron.

Otra vez el gran ejemplo mágico de la fraternidad. Ese vínculo afectivo que te une a otro.

A Isabel la atiende el médico José Rafael Clemente, al que ella conoce desde niño. Por supuesto al resto de su familia.

Tal amistad rodea a Samantha, la hija de Isabel, que está en Nueva York a cientos de millas de distancia de su madre enferma.

Y el teléfono de Samantha repica, y es el mensaje de texto de Candida Zambrano, otra amiga del alma, que le cuenta en detalle cómo marcha el cuadro clínico y anímico.

Y aquí de repente se aparece otro Clemente, Maickel, sí, otro hijo, otro hermano, otro pana. Y este Clemente llega con otro grupo de amigos y hermanos y están pendientes de Samantha, y de Isabel.

Nuestra María Solís que aparece y ya la pone en sus plegarias místicas y mágicas.

Y entonces Claudia en la Florida la incluye en su Cábala.

Y más allá Niky, a sus 10 años, inscribe “Isabel” en la lista de sus rezos escolares.

Y a Isabel aquí… En esta cadena mágica…

Y a toda la familia, a Jorge, a Daniel, a Jorge Luis, y a ti, Samy…

Señor universo, esencia mágica… Atentos y respetuosos a tu escuela…

El cultivar ese tesoro llamado amistad es un arte imposible para el ego... Amistad con tu madre, con tu hijo; con aquel con quien hiciste travesuras en la infancia, en la escuela... Con la suegra... ;D

NC
Bronx, mayo 2010