Los 12 años
Hoy son 12. Es 25 de octubre de 2009. Eres un ser hermoso. Ya tan independiente y con ese vigor que te quieres comer el mundo. Además te veo con esa energía que todo te es posible. Y que lo sabes todo.
Es una edad interesante. Llevas un par de meses con lo del fútbol americano. Cambiaste el soccer, me dices, porque “ya son ocho años jugando” y simplemente quieres cambiar, estás lleno de energía e inquietud. De hecho ya te cortaste un parpado jugando en la calle y en la noche.
Te la pasas en la calle. Me gusta eso. Suelo ser un padre bastante irresponsable de acuerdo con los patrones de conducta de esta sociedad que vivimos en este tiempo cuando llegas a tus doce. Me gusta porque es allá dónde empiezas a encarar la vida. El allá afuera, la gente, los amigos, la jungla, la experiencia de ser, todo eso te enseña, te forma. La vida es un constante aprendizaje, no hay que buscarle ninguna otra explicación. El único fin es no tener fin. En algún momento de ese camino verás aquello que se llama consciencia, el aquí y ahora, el estar presente.
Por ahora son 12…
Estas letras, esta Cabala, han sido mi manera, ya por tres años, de dejarte respuestas en caso de que tengas inquietud en algún momento de tu vida.
Son las 5:55 de la mañana. Me desperté hace un buen rato y pensaba en ti. En la conversación telefónica que espero tener contigo más tarde. Preguntarte como te sientes de doce. Qué planes tienes para hoy. Pensé en esta carta. Y me levanté encubierto por esta penumbra del amanecer a escribirte, a montar esta carta en La Cabala para lanzarte esta energía: feliz Cumpleaños hijo mio, ¡Te Amo!
Recuerdo que para mi los 12 fueron una edad importante. Recordaba cómo ya a los 8 años pensaba “qué bueno ser un niño de esos grandes de 12”. Y quería que pasara el tiempo rápido para ser de 12.
Los 12 son la puerta de entrada a eso que llaman “adolescencia”, “teenager”. Estás pleno de energía; eres rebelde; no te gustan demasiado tus padres. De hecho en ocasiones te avergüenzan. Yo te he avergonzado con mi cara de hippy, con mi barba; con mis zapatos de siempre; con mi chaqueta de siempre; con lo cero classy que soy.
No hay problema. Te comprendo y vaya si entiendo tu edad.
De Olga eres un enamorado a pesar de que tomes necesaria distancia para respirar.
Vendrán años de mucha rebeldía, de muchos amigos. Vivirás una etapa natural de vanidad, de la importancia del “qué dirán”, el “cómo te vean”. Los zapatos deportivos son tu fascinación. Las marcas.
Los adultos seremos todos unos aburridos por un buen tiempo.
A lo mejor estas letras las llegarás a leer de adulto. Confío en que Maestra Vida permita que Google exista para ese entonces o que haya un algo que preserve este puente.
Lo escribo con humildad, sin pedir ni esperar nada Maestro Universo. En ti Confío.
Feliz cumpleaños Salvador. Ahí donde estés en este ahora te envío un abrazo, un beso, otro beso. Te amo en éste que para mi es 25 de octubre de 2009 y éste que para ti tendrá otros números.
Tú has sido un gran maestro del amor para mí. Hoy entiendo qué es el amor. Entiendo que es incondicional. Que no depende de nada; que se burla de los patrones sociales; que se burla del tiempo y por eso hace un puente natural entre estos dos instantes que nos unen tu ahí sentado leyendo, yo aquí en éste, un apartamento de El Bronx donde vivo con Samantha.
Pese a cualquier asunto y circunstancia que hasta estos 12 hayan marcado nuestra común historia, te amo. Y ahí donde estés, considéralo un hecho, sin idealizarte, sin “futurizarte”, como estés en éste tú ahora en que lees, villano, héroe o simplemente ser, te amo.
Tu padre.
NC
2 comments:
Sin palabras...
Claudia
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