Cartas a Salvador

Espíritu emigrante

A los 35 años no tengo marido, no tengo un hijo y me siento frustrada.

Eso sí, soy psicóloga. Tengo un buen trabajo. He viajado.

Pero me siento frustrada. Yo no tengo ese espíritu emigrante de ustedes…

Esta es Lisa.

Se comunica por Facebook con un par de amigas que hace casi diez años se fueron de su país natal, su lugar de origen.

Samantha y Claudia no habían viajado demasiado. Amigas de infancia; no más de 26 años de edad; profesionales recientes; jodedoras y enamoradizas, con dramas normales.

La una ya hasta se había casado con un exitoso vagabundo.

La otra ejercía sin demasiados compromisos.

Total, el lastre emocional no era determinante y un día dijeron: “Nos vamos”. La una más voluntariosa que la otra en esto, la otra en aquello, y así se dieron constante fuerza para partir.


Partir es un hecho natural. Salir del nido. El águila cría a sus polluelos, los alimenta y enseña las primeras tácticas de vuelo hasta que un día los empuja del nido para siempre. Sobreviven los más fuertes, es cierto Darwin.


El ser humano puede tardar en dejar el nido. Y su frustración se incrementa junto con una serie de convicciones que le empiezan a crecer en la mente como telarañas: Patria, tradición, familia, religión, política, respeto, disciplina, identidad, personalidad, profesión, buen nombre, propiedad.

No quiere decir que el haberse ido del nido les cure mágicamente. La mente es el gran infierno de muchos vivos.

La primera cucharada de la cura es partir.


Salir de la casa de los padres es un gran inicio. Luego vendrá la cuesta del lugar, de la gente, de un montón de lastres materiales.

Para Samantha y Claudia la partida representó todo un ejercicio de “psicomágia”, como ellas le reconocen a Jodorowsky.

Las dos jóvenes tenían un par de cuartos llenos de ropa, zapatos y otros detalles de género.

El acto de psicomágia para liberarse del apego fue hacer una especie de venta de garaje donde vieron partir los recuerdos y el apego a cuatro bolívares la pieza.


Toma lo que te sirva.

Te amo.

NC
Bronx, Septiembre 2009

3 comments:

Samantha said...

El moverte de escenario es un llamado de tu Conciencia...a expandirse, a crecer, a aprender, a desaprender, a evolucionar, a mutar, a experimentar, a amar...

De alli, a que tu Conciencia se expande mas, a medida que mas te mueves en el espacio planetario, y porque no, cosmico-sideral.

Somos Conciencia pura, el llamado es a expandirla...

Lo demas, seran excusas circunstanciales del momento.

Samantha

Anonymous said...

Hace un rato pensaba (increible pero cierto) que salir de donde uno crece, llamese la casa o el barrio o el pais, es darse un regalo.

El regalo consiste en abrirse a la posibilidad de otras realidades, y en ese instante tu ser se espande y tu corazon hincha, se llena de vida.

Hoy estaba viendo de nuevo a Silvio cantar y me di cuenta de que la persepcion que se tiene de el, y de todo, depende del lugar en donde estes fisico o etereo.

Antes dije: "no todo el mundo tiene que irse de su pais"*, ahora lo sigo diciendo, pero le agregue algo, *"pero sal de tu casa, sal de tu barrio, sal de tu cuerpo, sal de tu mente, sal de ti y entra en el vacio, donde la nada y el todo se juntan".

Nestor yo simplemente amo tu manera de escribir, me declaro desde ahora y para siempre tu fan enamorada.

Ache!!! pa ti

Claudia Marquez, y que al que se le acomode, lo agarre...

nestorcd said...

Besos Claudia bella! Besos y gracias... ;)