Por la misma época en que se había anunciado el concierto de Michael Jackson en Caracas imagino que fue la misma en que Sara apareció con su faldita corta del colegio y sus ojos que alumbraban llevando el long play ‘Billie Jean’, sonriéndome con ese lunar que le ajustaba perfecto al lado de esos labios húmedos. Yo ni sabia a ciencia cierta cuál era la música del tipo, pero a Sarita le pedí el disco, le revisé las canciones y le dije que un par de aquellas realmente me parecían hits.
Ese par de historias quedaron en el desayuno del viernes a propósito del pass away del “rey del pop”.
Lo del concierto en Caracas fue todo un acontecimiento para Samantha y amigos. Lo malo era el alto costo de las boletas.
Maickel se tomó la cosa muy en serio y le dijo a ella que había que ir a ver a Jackson como fuera. Y ella, aunque no la descrestaba el tipo, por “farandulera” dio el “vamos”.
Así fue que consiguieron un puesto en el mercado de las pulgas de un autocine de Caracas para vender ropa vieja. Entre las piezas apetecidas de tal venta aparecen algunos lujos del ajuar de Candida Zambrano.
Al evento, y en esto me refiero al mercado de las pulgas, aparecieron todo tipo de casos de pobreza que terminaron por conmover a los vendedores. Samantha cuenta cómo llegaban unos señores que preguntaban por el precio del pantalón aquel y ella que respondía: “Hombre, lléveselo”; lo echaba en una bolsa ante el rostro del tipo sorprendido, y luego que “dígame qué más se quiere llevar señor, ahí se lo echo”.
Total, la venta “fue un fracaso”, recuerda ella. Aunque quedaron unos reales.
El asunto no fue tan grave porque resulta que Michael Jackson jamás fue a Venezuela, y Samy y Maickel terminaron bebiéndose las pocas ganancias de “las pulgas” en desagravio.
Y aunque aprendí a cantar “Billie Jean” en un idioma inentendible para impresionar a Sara, la niña de mi secundaria, ella jamás me dio una prueba de aquellos labios húmedos.
NC
Bronx, 26 de junio de 2009
1 comment:
jajaja Claro ahora recuerdo que la Sam fue incapa de pedirle dinero a la gente, lo que mas comico me parece es que yo supe de la venta del mercado pero nunca supe para que era.
Claudia
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