Las llaves

Es una abuela de 54 años con un cuerpo perfecto.

Lleva a su nieto de no más de 9 años a la escuela técnica de Lafayette. Round trip. Diez dólares. Es lunes, ocho a.m.


Una vez en el taxi, se excusa con un comentario jocoso de su olor a alcohol.

Es que trabaja los fines de semana en una barra frente a su casa. Y cómo iba a hacer, tengo que tomarme unos tragos. Me metí dos pases…

Mientras la abuela se confiesa con tanta naturalidad el niño parece inquieto hasta que ella lo grita. Lo insulta. Le dice que le va a partir los dedos de las manos.


Dice que lo tiene que tratar así, porque en este niño hay un hombre metido adentro. Que es un hombre metido en un cuerpo de niño. Usted no sabe las palabrotas que dice en la escuela. Las quejas que nos ponen los maestros…


¿Que de dónde vienen esas palabrotas? Este niño que es un diablo malo…

Que le va a partir la cara en el día de hoy, después de clases…

Y sale arrastrando al niño a dejarlo en la escuela.

En el viaje de regreso no para de hablar, está ansiosa. Habla de la coca que se mete para estar bien porque ahora tiene que irse a trabajar de enfermera en un hospital.


Minutos después recojo a una mujer de pelo blanco y con esas arrugas bonitas que deja la tranquilidad. Es secretaria de una iglesia y tiene 80 años. Desde su primer saludo se siente su inyección de afecto. Reímos y agradecemos estar vivos y me deja con unas bendiciones maternas…


Cada ser humano que pasó por este taxi fue un espejo de algo que llevaba adentro. Incluso los más remotos reflejos aparecieron.

Y mientras los demonios viven en sufrimiento y dolor; los ángeles tienen sonrisas, amor, suavidad y silencio.

Cada ser, incluso aquel clima asocial en el tren donde nadie mira a nadie y todos huyen al mínimo contacto visual; el periodista que explaya sevicia en el noticiero de televisión; el presidente perverso; el amigo que sucumbe desleal; la mujer ideal que se tuerce; los viciosos, los guerreros sin honor, los asesinos… Cada ser, por más cuestionable que sea, es un reflejo de algo que queda en ti. Más cercano, más alejado, desde donde observes, está ahí, en tu interior.


Todo es un reflejo mio. Como aquel pequeño de 9 años a quien su abuela amenaza con partirle la cara… Seguramente ese niño irá a la escuela a amenazar a otro niño con partirle la cara.

La más minima emoción torcida la siento aquí, a mi lado. Negocio con cariño con ella. Le pido me enseñe. Me entrego con humildad a su aprendizaje. Como con amor al amor.


Cuando la llama interior se enciende empiezas a ver cómo el padre sol saluda en la mañana y los pájaros se baten en recreo contigo. Un buen hombre que te hace un gesto de “buen día” con una sonrisa, o descubres a un escritor loco que habla de psicomágia, o de pronto te das cuenta que un maestro fallecido años atrás se te manifiesta directa y explícitamente. Y el universo te habla y te da señales.

Y la llama se apaga un instante y regresan las emociones y el dolor en todo tipo de formas, también explícitas, y oscuras.

Es un constante aprendizaje, de minuto a minuto, renacer al siguiente instante del caos.

Hoy entregué las llaves del taxi.

Hoy jugué todo el día contigo, hijo. Hicimos 'guerra' de bolas de nieve con unos amigos desconocidos... Nos fuimos abrazados en un subway repleto jugando y apretándonos de cariño. De pronto me di cuenta que alrededor no había más que afecto y un angel en forma de mujer me observó directamente a los ojos e insistió en ello hasta que concentró toda mi atención por un instante. No podría decir ni su edad. Solo de la intensidad y transparencia de sus ojos. Sigo el camino hacia una nueva experiencia.

Os vere pronto, ángeles…


NC

NJ, febrero 2009

1 comment:

Anonymous said...

wow!!! que experiencia la de este dia.. la de esta vida.. wow!!! y si.. ni mas ni menos.. todos somos reflejos de todos.. un abrazo para ti..xoxox :)