Memoria de burdeles Captítulo 1


Lap Dance

Paola se sentó en mis piernas con nada más que una diminuta tanga. Cuerpo bronceado, pezones pequeños en senos de 24 años con pronunciada cirugía, cabello castaño a los hombros, sonrisa tranquila y juvenil y la piel muy, muy suave al tacto.

Minutos antes, Paola había estado bailando desnuda en una tarima rodeada de sillas donde hombres de orígenes diferentes la habíamos estado viendo con cara de matadores en el momento en que se empuña la espada y se apunta hacia la estocada final. La efervescencia y las propinas ascendían cuando Paola dejaba que su pequeño calzón blanco se resbalara de su entrepierna hasta las rodillas, y luego bailaba lentamente ofreciendo su pubis afeitado y su vagina pequeña y rosada.

Paola trabaja en uno de esos lugares conocidos como V.I.P. en Nueva York, que son los bares donde no se vende licor porque las mujeres se desnudan completamente, un asunto legal.

Paola se sentó en mis piernas. Le dije que quería hablar con ella de su vida. Que si me cedía el tiempo de un lapdance para esta charla. Me preguntó sobre mis razones para escribir sobre el tema.
En ese entonces, algo así como diez años atrás, le dije que era un proyecto idea de Camilo Chaparro, un viejo amigo de ese mundo del periodismo, quien planeaba escribir un libro sobre mujeres colombianas que han tenido que jugársela con el negocio del sexo en el exterior.

El libro nunca se escribió. Pero tiempo después vine a entender el verdadero significado de la pregunta de aquella Paola. Esta era la oportunidad que yo me daba para exorcizar esos demonios que tenía en la cabeza de varias historias del pasado.

Esta serie de narraciones que titulo “Memoria de burdeles” es eso. Trabajé en burdeles de mala muerte, fui amante de prostitutas, conocí modelos que hoy estaban en televisión y mañana vendían sus apetecidas caricias; fui encarcelado en New York por caer en una trampa de dos putas gringas que resultaron ser policías encubiertas…

En fin, algunas de estas historias se las conté a Paola. Y ella a mi me contó otras. Nada del otro mundo, todo de este mundo, este justo en el que nacimos y crecemos aprendiendo.

NC

1 comment:

Anonymous said...

La prostitución como tal está prohibida en las Vegas como en casi todo el territorio del estado de Nevada, en Las vegas existe una figura llamada "Entertainer" que hace lo mismo que una prostituta, los tres servicios (agua, luz y alcantarillado) y algunos otros, pero no! en Las Vegas no hay putas, solo "entertainers". Cuando voy a alguna oficina pública y me preguntan mi ocupación, yo digo "I'm a Musician" (léase Rockstar) ellos escriben "Entertainer"...
...tanto joderme para aprender solfeo sin éxito, escazamente cifrado americano, tanto golpear en disqueras, incluida Gaira Records, la de Carlos Vives donde el Demo nos lo recibió un Rottweiler, y nunca nos llamaron, mi primera Fender la conseguí a los 42, para terminar puteando en Las Vegas...... La chimba!
Ah Cristi?
...y para todos un consejo, cuando vayan a subir a una "Entertainer" a su carro, o abordarla en la calle, la pregunta de rigor es; "Are you a Cop?" si dice que si, diganle que están buscando a su mamá (la de ella)y a correr!!!!!.

JG