No hay ninguna explicación posible a la conducta de Evo Morales.
Apreciado por ser el primer nativo presidente de esta tierra arrasada por el europeo, por decisiones que fueron oportunas y necesarias, ahora usa el más siniestro recurso del blanco, la trampa.
En medio de una Latinoamérica que explota en ira por los malos gobiernos, por malas naciones, por errados países, Evo Morales pierde todo respeto al mantenerse en la presidencia de Bolivia.
No solo cuenta el bajo truco de apagar la luz sin suficientes votos y luego encenderla victorioso, sino porque su conducta resta y resta.
Queda demostrado que ningún gobierno debe extenderse, en ninguna parte del mundo. Los líderes de las naciones como las conocemos ahora, han de mostrar el camino y retirarse de inmediato.
Toda intención de mantenerse en el poder conduce al otoño del patriarca.
Está demostrado una y otra vez en la historia. De hecho los que tienen al mundo en pedazos, en hambre, en miseria, llevan gobernando dos mil años.
A Evo Morales la mayoria de la gente que gobierna ya le había dicho no más en un referendo y se hizo el blanco. Evo se hizo el terrateniente, se hizo el conquistador, y no le hizo caso a la mayoría.
Evo Morales insistió en que debía permitírsele a las crecientes comunidades hacer quemas en la Amazonía boliviana y el gran maestro fuego trató de hablarle al indígena y no escuchó.
Ahora Evo dice en sus discursos que hay que seguir extrayendo de la tierra, y recomienda que hay que estudiar inglés e irse al extranjero a aprender cómo seguir arrasando.
En doce años, ¿dónde están los líderes indígenas que debió formar para sucederlo?
Desde la extraña muerte del comandante Chávez, quedó la enseñanza de que aquel que llegue a los gobiernos en nombre del pueblo, en su función debe incluir la formación de líderes. Y en el momento constitucional establecido, partir a la chacra.
Pero no parece que hemos aprendido. Se insiste como el dictador blanco en quedarnos en el poder. Allá esos infames negociantes que han gobernado y gobiernan a Colombia, a Chile, a Brasil, a Argentina... Allá ellos con su infamia. Que se levanten los pueblos latinoamericanos.
Pero cuando los indígenas se vuelven traicioneros como aquellos que los han devastado, entonces no hay rumbo.
Evo Morales perdió el rumbo.
Con razón las mayoras nativas le piden que devuelva el bastón de mando.
NC
NYC, octubre 2019
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