Sería un hecho político o me pareció que anoche el maestro Eddie Palmieri solo habló en español en pleno East River Park de Manhattan, como una manifestación al desprecio racial que se vive en Estados Unidos.
“Aquí hablamos español”, comenzó irreverente el maestro tras el saludo a su público.
Ya no sé cuántas veces he visto al maestro en sus conciertos. Solo recuerdo que en Colombia hablaba en español todo el tiempo, de resto, en Estados Unidos, generalmente habla en inglés aunque siempre expresa algo en español para saludar a su gente, a sus orígenes.
¿Y de dónde viene uno a inducir que Palmieri trató de hacer alguna clase de manifestación política en su concierto?
La historia del maestro refiere varios casos de rebeldía a lo establecido. Desde negarse a llamar a la Salsa Salsa e insistir que eso no es más que un truco publicitario para vender música afrocaribeña. Luego, su historia también nos cuenta que la utilización de trombones y metales cumplía el propósito de ser estridente para enfatizar su expresión, según refiere el escritor venezolano César Miguel Rondón en su famoso libro ‘ Salsa, cronica de la música del caribe urbano’ (Editorial Arte Caracas, 1980).
En ese mismo libro, Rondón cuenta cómo la rebeldía de Palmieri lo llevó a crear un tema como ‘Pa huele' que de ser una bofetada a la mojigateria de los setenta, fue calificado como apología al vicio y la fechoría. Lo que le valió que ese tema fuera vetado de la radio comercial de Estados Unidos, incluso hasta nuestros días.
Como sea, a sus 82 años el maestro paró tremenda banda y el resultado fue un concierto de altísimo nivel musical. Once caballos tocando “música afrocaribeña” como Palmieri dejó claro desde el comienzo, y como ya casi al remate expresó: “así se toca esta música. Si a cualquiera otro no le sale así, mándenlo pal’ carajo”.
No fueron más de seis números pero el despliegue musical, las descargas, la improvisación, fue suficiente para concierto gratis con cupo desbordado. Tocó Azúcar, Pa’ Huele, Muñeca, que me acuerde ahora.
Con el maestro Nelson González en el cuatro a su lado. Con Herman Olivera cantando; con el discípulo de los pleneros Camilo Molina dándole con todo al timbal. Con el maestro “Little’ Johnny Rivero en las congas; Luques Curtis en el bajo; y toda una selección de músicos brutales que pedían paso pa’ fajarse ante la embestida musical en tarima. Aunque extrañamos a Jimmy Bosh con su trombón.
El maestro Eddie Palmieri, por su lado, enterito a los 82. Su visita a Loisaida fue bien celebrada por su público. A pesar del reggaetón que metieron durante buena parte de las dos horas que esperamos al maestro Palmieri, valió la pena.
NC
NYC, 12 de agosto 2019
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