Siete aeme. El agua se va desvaneciendo de a poquitos.
Recién hablábamos con Vela de cómo damos
por un hecho el abrir la llave y disponer del agua a nuestro antojo.
We just take it for
granted, you know. And we waste as much water
as no one gives a dime for it. But think if we don’t have it just to do the
dishes or have a shower. Then, go take a
leak or shit!
Eso me decía Vela echándonos una birra en
la Avenida C, y me puse a recordarla en cuánto quedó el ultimo chorro con que
me pude fregar las partes necesarias para salir decente al laburo.
Salgo con la bici a ver el sol y me zumba
una fila de remolques atravesados en la calle 10. Trabajadores sumergiéndose en
las alcantarillas de la esquina, fumarolas saliendo de los ductos. Ughhh, como
no vaya a reventar esto.
A eso de las diez aeme me doy un
recorrido por la zona en la bici. Sale
Olguita diciendo que no, que se ve mal la cosa.
Que a ella le dijeron los trabajadores que hoy no iba a haber agua. Que ya enseguida iban a abrir los Johnny Pump.
-¿Y qué carajos es eso?
-Chico, los water pump del fire department, qué más.
Pues a las tres de la tarde me aparezco y
veo la fila ésta de niuyoricans vecinos haciéndole fila a un chorrito de agua
que sale del hidrante de la esquina entre la 10 y la C.
En cada edificio de origen latino hay
corrillo a propósito del tema del agua.
Yo llego a Puerta 10 y ahí están Edwin, Jey y otros del combo. Que ellos ya están tranquilos. Que ya compraron suficiente agua porque tal
parece que la reparación se tarda tres a cuatro días.
-Veintidós galones de agua compré ya yo
de una promoción en el supermarket de la Calle 3. –Se ufana Edwin, el más
veterano del grupo-. Me salieron a menos
de un peso cada uno. Yo no me voy a
poner a bregar con eso.
Pues no le doy más trámite al
asunto. Guardo el caballito, subo al 4B,
me pongo cómodo y con mi balde me voy a la calle.
La primera fila estuvo suave. Charlamos de las dificultades de Nueva
York. De cómo estos eventos de la
reventazón de las tuberías tienen azolada a la citi.
-Ya viste cómo quedó la calle del Iron
Building.
Y sonó alguna salsa porque los vecinos
niuyoricans aprovechan cualquier oportunidad para janguear.
Hasta que llegó Noelia. “Ya yo hablé con la ciudad. Que ese daño se puede tardar más de una
semana.”, dijo.
Así las cosas el asunto se va tornando a
calamidad. Me encuentro a Isabel Angel
esperando en la segunda fila para el segundo balde de agua. Ya me han hecho la burla los vecinos. “De a baldecito eso te va a tomar toda la
semana”… Risas… La bruja se ve tranquila.
Ya le llegarán refuerzos con los super galones de agua que ella compra
para hacerles el proceso de purificación con piedras energéticas.
Llamo yo a la ciudad, al 311. Les notifico que aquí se va a armar un riot, because how can you take a week to fix such a problem. “Claro”, dice en corrillo la vecindad. Que me apoyan mientras la operaria trata de
persuadirme a la calma. Claro, siguen,
como no somos los millonarios dueños del Flatiron Building donde mandaron
cientos de cuadrillas para resolverles.
A propósito, me parece raro que en toda
la jornada apenas si una asiática y un par de blanquitas pasaron a recoger algo
de agua.
Chico, ellos don’t give a damn. They just stay a bit y duermen y se van. Esos ni cocinan. ¿No los ves tan calmados? Es cierto, a estos
yanquis parece no preocuparles el asunto del corte del agua. A qué hora les llegarán los carrotanques…
Ummhhh…
La tarde se va tornando oscura y decido
abandonar a la comunidad para descansar un poco y prepararme para otros baldes
de agua. Que me he quedado más
aprovechando el carnaval que se ha formado en día de semana, con la calle
cerrada, con toda la latinidad afuera hablando parejo, poniendo música, cerveza
va, ron viene. Cigarrillos no, ya yo
dejé eso. Y mucha lengua. Alguien tiró
paso. Yo canté en coro “Lluvia, Lluvia /
De tu cielo”…
Serán como las seis treinta ya. Abro la
llave de manera automática pero inmediatamente me voy a poner a despotricar de
esta ciudad donde…
Puj!
Puj!
Juuuuuuuuuuu…
Tremendo chorro de agua compadre. Está medio oscurita y la tubería resopla,
pero hay agua. Vacío el toilet. Hay
agua. Verificado.
Al rato salgo por ahí a ver qué está
pasando. Del carnaval no quedó nada. En
la esquina, los trabajadores están recogiendo, y la Calle 10 está abierta al
tráfico. Mira qué bien trabajan estos señores. Me encuentro con Edwin.
-Chico. ¿Ahora yo qué voy a hacer con los
veintidós galones de agua que compré?
NC
Loisaida,
New York
Septiembre
2018
No comments:
Post a Comment