Rock, Gato Negro...
El soliloquio de ser hombre, de ser
individual nos conduce a veces por las ganas de no vida.
A Richard en las noches de Gato Negro y
Shiraz. Ahora mismo bebo uno, pensándolo, pensándonos en aquellas noches que
compartíamos.
Ruta del Soltero.
New Jersey, calle Broadway.
Bar aquí, Bar allá.
Las cuchibarbies, las gringas de ocasión,
de malabar.
Se murió solo, solito, solitario.
Se cansó de tentar tanto a la muerte en
ese aburrimiento de no ir hacia ninguna parte, o de ir solo.
Ir solo a veces es como ir a ninguna
parte. La individualidad cuesta,
confronta, agrede.
Se murió entre XXX de andar solo, o compartirlas solo con otros ausentes.
En un mismo enero se murió otro
solitario, Heath. Otro camino para
descender con la Flaca: Entre el misticismo, el Hombre Fuego se lanzó de un
puente helado.
Porque el estar solos pareciera
significarnos la usencia de todos los afectos.
“La soledad es la ausencia de uno mismo”,
dice El Metal, Mario Bustamente, proclamando la resistencia de levantarse uno
solo y construir desde construirse uno mismo.
A la inversa el camino de amar, de
abrazar, de ser amigo, por lo menos, de ser amigos.
A Richard lo dejamos solo. A Heath lo dejamos solo.
Cuesta tanto dar afecto porque cuesta
tanto recibirlo.
Y seguimos, no solos, ausentes…
NC
Cali, Enero 2015
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