Ha sido un buen tiempo éste. Intensos, vibrantes episodios, y ha sido un buen tiempo. Adversidad y felicidad son ambas aprendizaje para aquel que está alerta.
La Escuela, las clases, en esencia son un gran acto social. En el que adultos y jóvenes aprenden juntos. Aprenden a convivir.
La Escuela es ese laboratorio al que se cita con la mágica convocatoria del aprendizaje.
La matemática, la biología, la historia, son todos temas excusa para asistir a ese gran aprendizaje que es compartir juntos.
Los educadores deben estar dispuestos a aprender de sus jóvenes. “Somos hijos de nuestros nietos”, dice Mario Mejía, un maestro de cultivar la tierra en consciencia.
Que al final se trata de eso. Cultivamos la tierra, como cultivamos aquellos seres que empiezan el camino.
Habría que contar con el joven -y su familia como consejo- para decidir, incluso, el aumento de los precios de la cafetería del colegio o que un área como proyectos agropecuarios tenga mayor peso en el currículo y la graduación futura. Así con decisiones disciplinarias y de armonía en general. El adulto sigue decidiendo por el joven como si el ser adulto nos diera automáticamente la potestad de mandar al joven.
La única ventaja del adulto sería reconocer en la juventud ese momento del camino en La Vida, ya él lo protagonizó. Y de ahí la trascendencia de su lucidez en observar, aprender, actuar y enseñar.
Saludos a todos los estudiantes del Edo Santos Cecidic. Amor pa’ todos, maravillosa juventud que anima el camino.
Buen tiempo este.
Gracias por permitirme ser su profe este año.
NC
Toribio, Noviembre 2013
La Escuela, las clases, en esencia son un gran acto social. En el que adultos y jóvenes aprenden juntos. Aprenden a convivir.
La Escuela es ese laboratorio al que se cita con la mágica convocatoria del aprendizaje.
La matemática, la biología, la historia, son todos temas excusa para asistir a ese gran aprendizaje que es compartir juntos.
Los educadores deben estar dispuestos a aprender de sus jóvenes. “Somos hijos de nuestros nietos”, dice Mario Mejía, un maestro de cultivar la tierra en consciencia.
Que al final se trata de eso. Cultivamos la tierra, como cultivamos aquellos seres que empiezan el camino.
Habría que contar con el joven -y su familia como consejo- para decidir, incluso, el aumento de los precios de la cafetería del colegio o que un área como proyectos agropecuarios tenga mayor peso en el currículo y la graduación futura. Así con decisiones disciplinarias y de armonía en general. El adulto sigue decidiendo por el joven como si el ser adulto nos diera automáticamente la potestad de mandar al joven.
La única ventaja del adulto sería reconocer en la juventud ese momento del camino en La Vida, ya él lo protagonizó. Y de ahí la trascendencia de su lucidez en observar, aprender, actuar y enseñar.
Saludos a todos los estudiantes del Edo Santos Cecidic. Amor pa’ todos, maravillosa juventud que anima el camino.
Buen tiempo este.
Gracias por permitirme ser su profe este año.
NC
Toribio, Noviembre 2013
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