Buen viernes éste.
Los “diablos” se echaron harina, comieron
natilla y postres que les hicimos los profesores.
Temprano en la mañana estuvimos, con Jeny
y Martha de secretarias, haciendo los saludos y poniendo música. De ahí, un
texto de uno de los muchachos de Once Grado: “Hoy es nuestro último día en la
institución (…) Gracias a los profesores, a los compañeros, a todos (…) A veces
da tristeza tenerse que ir, seguir el camino. Pero es la realidad. Gracias por
todo”. La carta la firmó así: “De un alumno de Once”.
Hubo declaraciones de amor. Como la del
niño de sexto grado que, anónimo también, se atrevió a confesarle su amor a
Gabriela, de Noveno. Y muchos saludos más despidiéndose, deseándose feliz
navidad, y los que regresan, que hasta el próximo año será…
Las camisetas blancas, del uniforme del
CECIDIC, quedaron repletas de firmas…
Hubo final de fútbol…
Los internos empezaron a marchar luego.
Con sus cajas. Con sus bolsas de mudanza. Le entregaron llaves a Ana. Y por ahí
vi a alguno lagrimear.
Yo apenas llegué hace dos meses. Es
mágico estar aquí, hoy, con esta gente.
Con los muchachos… con las chicas de la cocina, con los del restaurante,
con la gente de administración, con los directores, Rubén y Diego; con Reynaldo
y familia –Estrella incluida-; con Yimi y la gente de Agrosilvo; con los
profesores –mis respetos y admiración a todos; con los muchachos…
Es un placer verlos vivir intensamente. Fue
un honor serviros…
Saludos a todos, que la Gran Magia los
lleve…
NC
Toribio, Cauca, 30 de noviembre de 2012
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