Nací hace 39 años. Signo leo.
Género masculino. Aunque eso de los géneros ni me va ni me viene. No, no soy homosexual. Y no tengo nada contra la homosexualidad, por el contrario, soy devoto amigo de algunos con tal “etiqueta”. Porque eso de los sexos no es más que una etiqueta, y de las primeras con que empezó esta división del ser humano que cada vez causa mayor caos: Hombre-mujer; negro-blanco; judío-católico; conservador-izquierdista; las nacionalidades y hasta lo equipos de fútbol.
Hoy honro mi lado femenino y la predominancia física que sexualmente me identifica como hombre.
A estas alturas llevo tres matrimonios. Bueno, formalmente dos.
La mujer ha sido tan fundamental en este aprendizaje de ser y del ser que lo primero que debo hacer es agradecerles a ellas y rogar su perdón en los casos que sea.
Especialmente a la madre de mi hijo. A mi hijo porque gracias a él empecé a ver la luz.
Especialmente a Laura que hoy lleva en su vientre un merecido premio al amor al que siempre ha sido devota. Toda la energía positiva para que tú y tu bebé cosechen esos frutos del amor. Mis respetos a tu compañero.
Especialmente agradezco a Samantha Rapolla. La luz. El amor.
Con Samantha voy por este camino hace ya cuatro años. Casi cinco. Ya ni sé.
Ni sé.
Esos del saber hoy me parece un chiste.
Cuando se me escapa un “ya sé”, “yo sé”, de inmediato entiendo que son señales de que estoy hablando mierda y ni escuchar sé.
Del mismo modo apenas entiendo cosas tan básicas como aquella simpleza de Sócrates frente a la soberbia humana: “Solo sé que nada sé”.
Hoy observo.
Observo sin afán. Aunque la tarea por alcanzar la paciencia no termina. (Ahí tengo a la maestra Samantha).
Me observo.
Samantha me regaló un audio libro: ‘Así hablaba Zaratustra’. Un libro que compré en una de esas ferias del libro en el parque de Los Periodistas de Bogotá en la carrera Cuarta por allá hace… (Pienso) Tendría 21 ó 23 años tal vez... Todavía ha de estar en casa de mi hermana, subrayadas sus páginas. Y apenas ahora vengo a entender a Nietzche. Casi a vivirlo. Y eso que de joven soberbio hasta lo recitaba en qué ceguera.
Está bien, tampoco me arrepiento de quién fui. Era parte del camino, el egoísmo, la soberbia, la ira, “¡la lucha!”, la mentira, las putas, la marihuana, el sectarismo por una música, un equipo o una patria.
Hoy prefiero la montaña. Pasado por la selva ahora la respiro y su luz me ayuda a interpretar.
Vivo en un tranquilo pueblo de New Jersey, a diez minutos de la locura de Manhattan (si el tráfico en el Lincoln Tunel anda bien).
Hoy mantengo apagado el televisor. Sin cable.
Ni celular tengo.
Y estoy a punto de entregar el primer carro del año que jamás antes había tenido.
Eso sí, tengo una tarjeta de crédito que pago puntual. Como me lo recodaba Domínguez, un maestro de esos que la vida me ha regalado, la anarquía me llega hasta cuando el semáforo se pone en rojo. Ahí paro.
Lloro. Lloro bastante. Pero de entusiasmo, de alegría. De emoción plena. De vez en cuando de pena por alguna de esas causas injustas que todavía me inquietan.
Declaro mi vergüenza por lo que el hombre ha hecho a la mujer en estos miles de años. Someterla y abusarla. El hombre hoy ni siquiera sabe hacer el amor. Me sorprende la cantidad de mitos y mentiras que tenemos en la cabeza frente al sexo. Ni siquiera el sida o a la heroína, la enfermedad y la droga universal es la imaginación sexual.
Más o menos hasta los 21 fui religioso. Iba a misa de vez en cuando y me concentraba en Jesucristo y etcétera. Subía al cerro de Monserrate. Desde los 21 hasta los 38 fui ateo.
Hace unos meses he vuelto a creer.
No exactamente en lo que me venden las iglesias, empezando por la infame católica, o las otras que hay por ahí.
Creo en el poder inmenso del universo. De la energía. Veo que la espiritualidad era otra cosa tan distinta a lo religioso.
He descubierto en ello mi antepasado animal y enaltezco mi herencia indígena.
Al ego le he ido dejando pocas tareas.
Ya no me interesa ser un profesional, un escritor, un revolucionario, un intelectual ni un hombre.
Solamente procuro ser en serenidad aprendiendo en el trayecto del péndulo que a veces nos regala felicidad y a veces otras fuerzas igual de legítimas.
Prefiero el Libro de Amy a uno existencialista o surrealista…
Leo a Osho.
Lloro con el documental Give Peace a Song de Lennon.
En la biblioteca de casa está ‘Dreams’ de Kurosawa, con las grabaciones de las meditaciones de un guía llamado Lobo Blanco…
Hoy saludo a la experiencia, la luz y a todos esos seres que han pasado por estos 39 años.
Néstor Cristancho
En el ático, New Jersey, 7 de agosto de 2008
A propósito, bendito sea Internet.
Agradezco a Facebook por reencontrarme con la gente del Camilo Torres (de Douglas a Carlos Rojas); con mi prima Adriana y mi sobrina Danna. Mis otras sobrinas Brigitte y Laurita hijas de mi hermano Florentino Mesa…
6 comments:
Hola Nestor, en estos días con un poco de tiempo disponible, me encontre con la invitación a tu blog y lo leí.
La vida nos cambia a todos, nos enseña a amar, respetar y valorar. Me alegra saber que ya no eres el mismo "loquito" de la u...
Pero más me alegra tu crecimiento como persona, a todos nos ha tocado a golpes y a la fuerza... Y aquí estamos en la lucha, ya con más sabiduria y conocimiento... porque la famosa "vejez" también es una etiqueta que estigma, no te estoy diciendo viejo, sino joven con un mejor espíritu...
Comparto muchas de tus palabras y gracias por tu invitación a leer el blog...
Un abrazo.Clara B.
Gracias Clara, mis respetos... NC
hermosa oda a los 39's...
si asi te percibes ahora...
que sera de los anhos por venir?
te vislumbro divino...
por ahora, el ahora...
perfuma dulce y delicioso...
ache!
namaste!
kuyacui!
te amo..
SR
Ache, mi hermanito, Ache.
estas hermoso, hermoso.... pura suavidad, pura esencia, te amo. Me hace llorar el ver que estas hecho puro corazon....
Idania
Idania, mis respetos... Señora hermosa me honra... NC
claro, igual con cel o sin cel a veces es lo mismo el ailamiento de este espeso mundo de norte america, aqui casi nadie contesta el cel ,el aislamiento laboral creo y si no es ese cual entonces, me voy a colombia con esa pregunta, ni yo a vces contesto, asi mi hermano q no sabia de tu cumple, otro mas y parece q tambien de conciencia un abrazo..pacho.
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