Por Richard González.
NJ, Mayo 2008
La ruta del soltero es un camino estrecho, sombrío, lleno de sorpresas y decepciones.
Muchas veces después de largo caminar por las misteriosas calles de North Bergen, New Jersey, hacemos nuestra primera estación en una barra americana.
Una mesa de billar pool en medio del bacanal, porque nadie sabe jugar checkers, el famoso billar que jugábamos en Bogotá, bajo la etiqueta de tres bandas, bajo el contrato de pierde y paga, algo así como un fulll cover que incluye las cervezas, el alquiler de la mesa, los cigarros y la picada (snacks que aquí llaman); un juego donde regía caballerosidad y buenos modales.
La ruta se realiza normalmente entre dos: El desprogramado y el aburrido, algunas veces pueden ser tres, incluyendo al decepcionado, que es el que está gastando la noche.
En el peor de los casos la ruta se sortea en solitario, lo cual implica mayor agudeza para caminar, gastar poco y encontrar ‘la gatita’ que va a resolver la noche antes de que cierren las barras.
Nuestra segunda estación es una barra dominicana, iluminada por hermosas gorditas de "La República", profesionales del merengue, la bachata o la salsa; que te llaman "PAPI" una vez cruzas el umbral y empiezas a pagar 10 dólares por un baile, o por que ella se siente contigo a contarte su historia familiar, tomando una limonada color rosa con menos de una onza de licor -la cual tú financiaste.
"Aquí no hay nada", dice el decepcionado, "¡yo quiero acción!" Este cambio de estrategia nos arroja hasta las puertas de un misterioso GoGo Bar. Aquí, las gordas no son tan gordas; las feas no son tan feas; pero el olor a creolina, cerveza y cigarro, es el mismo.
Tres señoras, no muy gordas, comparten el stage por menos de tres minutos, después de los cuales vendrán por su recompensa o, en su defecto, otra limonada color rosa, con el reiterativo "PAPI", que ya te hizo popular esta noche.
Este proceso se repite varias veces, hasta cuando ya no puedes financiar limonadas color rosa; y tienes que regresar a casa porque el dinero, los cigarros y la alegría se acabaron. Así la ruta del soltero emprende su retirada; una vez más, con pocas satisfacciones, pero con la esperanza de que, la próxima vez, sí será.
max.
1 comment:
I like it Papi keep the hope
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