Kybalión: Los 7 principios de la verdad

"Yo sé" es una de las muletillas que más he escuchado en estos 38 años. Primero por mi mismo, porque millones de veces cortaba a cualquiera con ese “yo sé, yo sé”, y todavía, a pesar de que lo he convertido casi en un mantra: Cuando de mi boca sale un “yo sé”, estoy seguro de que “no sé”, que no escucho, que estoy errado y que soy un soberbio imbécil.

Hoy, coordinando el programa de jóvenes del Centro Hispano, en la ciudad de Passaic, estado de Nueva Jersey, noto que una de las muletillas más famosas de mis 25 muchachos es ése “yo sé”. No importa de lo que hables, “I know”, dicen ellos.

Lo interesante es la facilidad con que los jóvenes empiezan a captar el mensaje. Cuando a algunos se les escapa el “I know”, sueltan una risa y dicen. “Ok, I’m listening now”.

Con mi hijo ha sido una constante. Aunque también hoy a sus 10 años alza los ojos cuando se le escapan los “yo sé”.

El “yo sé” es grave entre adultos, y peor entre aquellos que tienen buenos trabajos, dinero o tienen mil títulos universitarios. Pero qué es lo que "sabemos", de qué se trata eso del "conocimiento".

Después de uno de esos vuelos magníficos del fin de semana, charlando en casa de Kata, Samantha nos contaba sobre “Los siete principios de la verdad”, un tratado propuesto por Hermes en El Kybalión, y donde en resumidas cuentas se dice que el conocimiento lo es todo y es nada. Que la ignorancia que causa la ruptura de esos principios es generadora de caos. Aunque no es tan simple la cosa, y he ahí la delicia de indagarlo.

No es que Hermes haya escrito nada, Hermes Trismegistus (tres veces grande) es un dios mítico griego que equivale al egipcio Thoth o Tot, ambos o uno es el dios de lo mágico, de la escritura, de la sabiduría. Y ha pasado a hacer casi uno de los adorados de lo que algunos llaman metafísica, otros ocultismo. (El Hermes griego es Mercurio, pero ahí si hay diferencias que no cabe tocar ahora).

Lo interesante que me encuentro, leyendo en Internet y en mi Larousse ilustrado, y ojalá que si hay más precisiones se me corrija y se nos eduque, a nosotros no poseedores de verdad alguna, aquí solo atamos “cábalas”, es que por allá en 1908 apareció un libro llamado así “Le Kybalion”, escrito por un grupo que se autodenomina “Los tres iniciados”, y que comprende los siete principios de Hermes.

Dice en Wikipedia que los escritos relacionados con Hermes estuvieron guardados secretamente por 9.000 años y eran parte de aquellos tesoros perdidos de la antigua biblioteca de Alejandría, a la que se cansaron de quemar repetidas veces los padres de la civilización moderna, específicamente la iglesia cristiana, judíos y musulmanes, para eliminar rastro alguno de este tipo de ideas que ponían en entredicho la base de sus religiones.

Pero en general los principios “herméticos” son la base de la buena filosofía, esa que termina por decir que el hombre es nada más que mente, y que esa es su condena, vivir por sus pensamientos, gozar y sufrir por sus pensamientos, morir por sus pensamientos:

1. Principio del Mentalismo
2. Principio de Correspondencia
3. Principio de Vibración
4. Principio de Polaridad.
5. Principio de Ritmo
6. Principio de Causa y Efecto
7. Principio de Generación

Echa esta introducción propongo la lectura de los siete principios, ya sea en wikipedia en inglés, en español hay un texto que recomienda Samantha, el Kibalión puede ser encontrado en Internet –O ¡Internet! Gran desmitificador y mitificador, medio alternativo de nuestra era-; o usen cuanto medio pueda aportar a esta luz magnífica.

Sin esperar demasiado, finalmente el viejo Osho resume el conflicto en que no hay que pensar tanto, en que hay que liberarse de tanta mierda que nos metieron en la cabeza, religión, moral, principios, patria, nacionalismo, familia, papá, mamá, etc. Y que ha dado como resultado esta sociedad en caos, de gente odiándose. Mintiéndose así misma.

Baste observar alrededor.

A propósito, esta semana en Lima, especialmente el viernes, va a ver candela. Qué bueno. Sonreiré de la mano de mi amada, conectando con su viejo, el santo Ché; nada más observando. (Claro, mi corazón latirá por los Chávez y los Correa.)

NC
NJ, Mayo 13, 2008