Luna de Acuario

La luna de acuario enamora. Contaba Alberto Aponte que Buda (el original) anunció su regreso en Luna de Acuario. Que quinientos maestros se juntarían y él –el Buda- se daría una pasada por estos lados.

Esa es la razón por la cual, en los últimos cuatro años, Alberto ha escogido la primera semana de mayo para hacer su retiro en la Península de Osa, en Costa Rica.

Nueve nos montamos en ese viaje. Cinco de nosotros viajamos desde New Jersey: Alberto, María, Aaron, Martha y yo. En Costa Rica nos recibió un hombre maravilloso a quien le celebramos sus 70 años, Don Manuel. Qué transparencia, qué nobleza, qué viejo tan joven.Y con él, Rosa, Paula y Gerardina.

El primero de mayo nos adentramos en una montaña en las afueras de San José, en Quitirrisi, para visitar a Shoto, un shamán de la tribu de los güetar, devotos a las creencias de Tatamama, cuya principal enseñanza parte de la serpiente.

“La serpiente es sigilosa y noble. Y no caza a no ser por hambre, o mata por protección”, nos dijo. “La serpiente no come carne muerta. Y puede durar hasta dos meses sin comer”.

Los güetar no son más de 3.000 en todo Costa Rica, y tampoco hay más de 30.000 indígenas en todo el país, según contó Shoto.

Shoto, cuyo nombre en español es Juan, nos recibió en un templo sanador que él ha estado construyendo durante diez años. Es una especie de kiosko levantado con troncos que sirven de columnas arquitectónicas pero además cada uno cumple con una función energética de acuerdo con el ordenamiento del cosmos güetar.

Ese cosmos, explicaba Shoto, se basa en el número 13. Y mencionó cómo el hombre y la conformación astrológica tienen ése mismo número en común. Las extremidades del hombre son 13, incluida la cabeza, pasando por los hombros, los codos y las rodillas, “cada ramificación debe ser interpretada y vista diferente”, dijo Shoto. En el cosmos, la cabeza es el sol, o Do, el dios del sol; y las ramificaciones Burucla, la luna; Aracua, la lluvia; Jataqué, la tierra; y el dios supremo es Sipú.

Nos contó sobre las enfermedades del alma que se convierten en enfermedades físicas. Y que por eso se explica cómo el hombre vive bajo tres conceptos: Nacer, reproducirse y morir, “pero hay mucha gente que vive muerta”, dijo.

En medio de una lluvia de jungla, Shoto nos hizo desnudar y nos dio ramas de menta antes de darnos el baño purificador del temazcal.

Esa fue la perfecta introducción para viajar a la península de Osa, en la parte más sur de Costa Rica del lado del Océano Pacífico, a encontrarnos con el San Pedro y la amada: La Luna de Acuario.


La luna del Buda

Hay muchos mitos alrededor de esa planta llamada San Pedro, de sus efectos, de sus razones. A cada quién se manifiesta de forma diferente, dice Alberto. Así que aquí no pretendo entrar a definirlo ni a personalizar una ceremonia que cada hombre debe asumir como una enseñanza propia.

Pero he de manifestar que esa noche me enamoré de la Luna de Acuario. Que no sé a ciencia cierta por qué Buda la escogió para su regreso. Solo puedo hablar de ciertas interpretaciones. Eso sí, desde ya le hemos pedido una ilustración del tema de esa luna al astrónomo-astrólogo de la familia, Maickel Clemente.

Esa luna se hace suprema en la madrugada conquistando el cielo e iluminando las aguas del Pacífico. Me extiendo ante ella desnudo y me doy un baño de claridad. Hay una transparencia mental que asusta. Un contacto magnético en el que además, aquella noche de esta acuariana, el trueno se hizo presente.

Aplastante la forma en que semejantes seres se burlaron de mi soberbia, de la de todos nosotros los soberbios humanoides. Desbordante la nobleza en que esa misma luna y su trueno aceptan tu humildad.

Tal vez por eso, habiéndola observado ochenta veces según se calcula vivió El Iluminado, se habrá extendido a observarla, a entregarse a ella, a su manto. A su claridad y nobleza. Tal vez muchos discípulos le habrán seguido y se habrán bronceado de luna al lado del maestro.

Y por eso, en Luna de Acuario, ahí estaba la iluminación. Para el que la quiera apreciar, para el que la quiera ver, para el que quiera entender. Método lento para este imperfecto mortal. Pero querido Sidharta, ahora te entiendo. Estabas enamorado de la acuariana Luna.

Texto y Fotos: Néstor Cristancho

Para ver todas las fotos del retiro en Costa Rica hagan click en cualquiera de las fotos o en este texto.

2 comments:

Anonymous said...

WOW! Bravo! Tremendo viaje que te diste! Que experiencia tan maravillosa para tu vida y ademas quiero que sepas que toda la magia que viviste se refleja en tu ser!

Un halo de brillo irradia alrededor de ti...

El viaje continua, cada vez mas profundamente a traves de nosotros mismos...viaje intenso y maravilloso, que nos da la experiencia de estar vivos.

Anonymous said...

nestor, que lindas quedaron las fotos, esa foto de la luna y esa cara de don manuel, su espresion de su mirada , que fotos tan bellas hasta la telarana tan expectacular, tienes alma de artista.......bueno pues muchisimas gracias y mealegro mucho oir lo que hablas de tu maravillosa experiencia de ver tanta belleza en la luna. saludeme a samantha y la vi en la foto donde esta para contactar a ustedes una linda foto tambien.
bueno recuerdos
martha castillo.