Los Cuatro Acuerdos

-Vamos a hacer cuatro acuerdos.

-¿Qué? Anda a hacerlos tú. ¡Qué te pasa desocupado!

-Por ahí podemos empezar: Sé impecable con tus palabras.

-Pero este majadero qué se está creyendo. ¡Anda a tener hijos para decirles qué hacer!

No es fácil plantearse planes de vida. Y menos aquellos que le suenan a uno como “autoayudas” frívolas. Por lo general “estamos demasiado ocupados para este tipo de tonterías”, o “hay cosas verdaderamente importantes en qué ocuparse”.

Además con ese orgullo y vanidad que nos dominan, pues qué vamos a andar oyendo o leyendo estupideces. Y seguramente a estas alturas ya decidiste parar de leer a este enfermo hijo de su madre.

Está bien.

Importante tu trabajo. La gran obra que estás haciendo, porque eres el mejor, I am the best, you can’t even guess. Esta la guerra en Irak y el enredo en oriente medio, el atorrante gobierno y su caos en Colombia, la independencia de Puerto Rico, Chávez, la China y Walt Mart, Bush, Cheyney, su mujer y sus negocios petroleros y de armas.

Sabemos tanto de todo.

Por lo demás, tu vida es perfecta. Persona calma, feliz, con buen trabajo, equilibrio de vida, estatus, buena familia, hogar impecable. “Cero pedos”, aquí no pasa nada, todo bajo control.

Claro, vas manejando tu maravilloso carro y algún hijo de puta te pasa o no te deja pasar y de inmediato se te sube la sangre y quieres alcanzar a ese cabrón para… Para lo que sea, porque cuando te das cuenta estás hecho un energúmeno quemando energía como el loco.

Como te estaba pasando con este texto.

Así que relájate frente a este texto, y frente al cabrón aquel que se te adelantó, porque no hay que tomarse las cosas personalmente.

No te tomes nada personalmente. Ese es el segundo acuerdo.

Libera bastante.

No es que esto sea algo nuevo. Para nada.

Esta Cabala pasa a propósito de nuestro pana Alberto Aponte que es tremendo liberador de demonios.

Alberto y su combo se fueron el pasado fin de semana a uno de esos retiros en las montañas de Poconos, en Pennsylvania, nosotros incluidos (ahí están las fotos ilustrando este texto). Y la propuesta eran los cuatro acuerdos.

Esto de los cuatro acuerdos es una tradición milenaria creada por los toltecas del sur de México que tenían algo así como su universidad en Teotihuacan, la ciudad de las pirámides.

No era ninguna religión ni mucho menos. Era algo así como un concepto de formación, que igual fue arrasado por nuestros padres españoles, y ahora veneramos a la Guadalupana, a San Pacho, al Bautista, a la papa.

¿Para dónde supones que voy con todo este blablá insulso?

Es que cuando andamos suponiendo, cuando de todo creamos expectativas, casi siempre nos encontramos con un fiasco. Desencanto absoluto. ¡Puaj! Qué asco.

Por eso los toltecas proponían éste como su tercer acuerdo: No hagas suposiciones.

Cero expectativas, maestro.

Eso sí, haz siempre lo máximo que puedas.


Texto y Fotos: Néstor Cristancho y Samantha Rapolla

P.S. Saludamos a la gente maravillosa del retiro. Pueden ver todas sus fotos haciendo click en cualquiera de las fotos que ilustran este texto.

Saludamos a Alberto y María; ese hombre de sonrisa llena de esperanza que es Ray, quien prometió jornada de pipa en su casa en El Bronx; Aaron, el pa-pitou green-gou que queremos tanto; María Inés por alimentarnos el pulmón y la sonrisa; la comunidad dominicana que estuvo presente; los tambores, al Temazcal y al fuego; a nuestra Cata que es una de las fundadoras de esta Cabala; a Gustavo y a Idania que parece que todavía siguen manejando rumbo al Canadá; a la ché boluda; y a todo el resto del combo.

1 comment:

Atenea said...

Maravilloso encuentro con la vida misma... Gracias totales al universo por permitirme y permitirnos vivir una experiencia como estas...

Y gracias a los Cristancho por permitirnos un espacio como nuestra Cabala..
los amo. Catte