Hace un tiempo decidí emprender el camino de regreso.
Será gradual y sin afán, como Maestra Vida enseña.
Cada viaje, por ahora, lo consagro a observar y entender las señales.
La Montaña del Puracé (Popayán, Cauca) fue bastante explícita.
Emprendí el viaje a la montaña acompañado de William Cristancho, el menor de mis tíos, hombre noble, con una bella familia, dos hijas hermosas de 21 y 23 años (adoradas primas), Camila camino a la psiquiatría; Laura, cirujana. La Toña, la esposa de mi tío, asistente médica. William, fisioterapeuta, catedrático universitario, escritor, conferencista. Con nosotros, camino a la montaña del Puracé, Juan David Cristancho, uno de mis primos más jóvenes. Claro en muchos asuntos del camino, también dirigido a la Medicina.
Saliendo del resguardo indígena del Puracé, quise tomar una foto de partida. Me adelanté y en el fondo estaba una edificación simple, de un piso, como una bodega rectangular, un aviso se lee notorio en el tejado: “Misión Médica”.
“A los resguardos indígenas nos urge salud y educación”, me dijo Patricia Caldón, nuestra guía, guardiana del cabildo.
"Salud y educación..."
NC
Cauca, abril 2012
A los hombres en misión médica consciente, a mi tio y mis primas, a Mao, a Juan Da, a Franceline, a Gloria, a Claudia Echavarria, a Jen, a Daniel, a José Rafael, a los médicos sabios que preservan la ruta indígena…
Cauca, abril 2012
A los hombres en misión médica consciente, a mi tio y mis primas, a Mao, a Juan Da, a Franceline, a Gloria, a Claudia Echavarria, a Jen, a Daniel, a José Rafael, a los médicos sabios que preservan la ruta indígena…
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