Salvar la Amazonía


A todos mis hermanos, siempre con amor… Saludo a los que van apareciendo…  Y reapareciendo…




Hace tiempo que el tema suena por todos lados. Que están arrasando el Amazonas.
Cartas contra los gobiernos. Incluso edictos con fuerza popular mundial.
Bien. Hay ganas de transformar.
También hay mucha confusión.
En este mundo en que nos han polarizado dizque en bandos políticos, religiosos, intelectuales, hombre, mujer, etc., se usa la ecología como arma, de lucha y defensa.


Todas las causas nobles. Salvar a Uganda, vi por ahí. Tumbar a Chávez; obras de caridad; y salvar la Amazonía.

Todo empieza por aquí.

No mires más allá.

Todo empieza por mí, y por ti.

Empecemos por un objetivo concreto: Queremos evitar que el mundo se acabe.

Ajá. ¿Cómo?

La primera respuesta demanda un ejercicio inmediato de consciencia: Hay que dejar de comer carne ahora mismo. 

Es urgente que el hombre haga un acto por salvar a sus animales. 

Al león, al tigre, al Amazonas, “sí, claro…”, dice mi hijo en tono sarcástico…

Hay que comenzar por dejar toda la carne. Res, cerdo, aves, pez. Los terrenos y los acuáticos están sufriendo tortura, esclavitud y muerte lesiva. 

Ese es el panorama. No es el Amazonas. 

Es el instante en que te paras en un supermarket. Esa es tu experiencia propia.
Claro, necesitamos proteínas, y esto y lo otro… Y por ahí nos venden hasta vitaminas, y suplementos. 

“Eso es propaganda de empresarios con eco científico. La prueba soy yo”, dice Mario Bustamante, que es el hombre más dinámico y fuerte que conozco, con sus sesenta y pico, y casi treinta sin comer ni siquiera pescado.

Es el momento en que el hombre debe empezar por concientizar que parar de comer carne no es asunto vegetariano, es asunto de consciencia con el sufrimiento animal. Al menos, si es que la ecología nos duele, si el Amazonas nos duele…  Nuestro confort y voraz consumo, desde el carro que manejas, tu sagrada casa, zapatos, el papel, la madera, hasta la tina caliente, nos lleva todos los días más cerca a devorar el Amazonas. 

Qué pasaría si te tocara ser autosuficiente ahora de un tajo. Con un puñado de locos cazando peleas y jugando con armas terribles. 

Salvar el Amazonas… 

Acabo de ver un desafortunado video en que seres confundidos muestran como torcerle el cuello a una gallina.
Los caballos de Central Park, los de Bogotá, los delfines, los elefantes, los toros… Son esclavos y aún peor...

Es hora de que el hombre deje de ver con el ego. La esclavitud no solo es el color de una piel o asunto económico. Matar no es solo un acto hombre contra hombre…
No podemos terminar ahí el ejercicio consciente.

Nos alcanzó para salir de la Roma de los esclavos, que los echaban a los leones en El Coliseo.
Los tiburones, los mapaches, los zorrillos. En Estados Unidos hay departamentos dedicados a recoger a los animales muertos en carreteras y calles. Yo seguí con mi cámara a una familia mapache que vivía en el techo vecino… hasta el día que llegué y vi al grupo de hombres que los “exterminaron”.
Claro que se vive mal en Palestina, y juzguemos a muerte al tipo este de Uganda, y esto y lo otro…
Empieza por ti.

Ustedes conocen cómo VIVEN los hermanos pollos, el ganado, y como mueren… Hay un montón de documentales sobre el tema.
Hay que dejar de comer carne.

Que tú y yo lo hagamos. Que lo hagamos, que lo hagamos… Eso va a ayudar. Pasa la voz.
¿Y las proteínas? ¿Y las vitaminas? Vamos a suponer que la propaganda sea cierta.

En este acto consciente del hombre, se exige empeñar su propia vida para salvar a sus congéneres.
Con nuestra propia salud nos comprometemos. El ejercicio ha de ser tan auténtico, que la Magia, Dios, en lo que creas, te brindará energía y vida.
Es fácil ser ateo, es cómodo. Es fácil hacerse el de la vista gorda, ponerse a criticar o a elaborar más. Es fácil hacerse el ego.

Perdónenme el uso del yo.
Pero tenemos que hablar más de nuestra propia experiencia.
Es fácil hablar mal de Chávez, del de Siria, de los bancos, de los republicanos, del de Uganda, o salvar el Amazonas a distancia…
Todas las causas nobles.
Todas.

La causa noble es uno mismo.
Mirarse a los ojos con respeto.
Yo ya dejé de comer carne hace tiempo. Recientemente abandoné el pollo y el pescado. Por ahí he saboreado unos hermanos salmones, y unos atunes, yo sé que la pasan mal, hermanos, atunes… atunes guerreros…
 
Dejé los huevos gracias a que Silvio me hizo caer en cuenta… Qué tortura viven esos animales…
Hay que gastar menos agua. Consumir menos hasta que se use lo esencial. No es un sacrificio,  es balance.
Es salvar el Amazonas.



NC
NY, 20 de marzo de 2012
P.S. 1. Recruiting Reliable English Translator… Thanks

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