Fe



Y cada semana, la sesión de médicos contemplaba el progresivo deterioro del paciente.

A medida que el tumor crecía en su cabeza, el hombre perdía la habilidad de su cuerpo.

-Hoy ya no puede mover la mano –Concluía la sesión de galenos.

-Hoy ya no puede caminar –Siguiente sesión…

El paciente salió en silla de ruedas oliendo a chamuscado por las sesiones de quimioterapia con las que de alguna manera se procedía a combatir aquel tumor fatal.

Pasó un tiempo para que el paciente volviera a consulta médica. Este día llegó caminando, de buen ánimo y con una petición:

-Ya yo me siento bien, doctores. –Dijo- Por favor no me hagan más quimioterapia.

Asombrados, los médicos, viéndole de pie y en buena forma, procedieron a escanear el cuerpo del paciente.

Y una y otra vez el resultado era milagroso: El tumor había desaparecido.

-Bien señor paciente, no existe ninguna explicación. No podemos darle ninguna respuesta, mas que decirle que está usted curado…

-Yo si le tengo una respuesta doctora: La fe. Soy un hombre de fe…


NC Febrero, 2010

Historia real del consultorio de Maickel Clemente. Una de las doctoras que atendía al paciente decidió golpear las puertas de la fe…

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