La Reconquista

Hasta los niños querían salir de “Narcos” el sábado. Los niños corrían el sábado en la mañana emocionados porque querían participar de la película que estaban grabando en la Loma de la Cruz: “Narcos”, de Netflix. Los padres corrían alegres llevando a sus hijos.

Muy temprano se vieron llegar camiones al mejor estilo de las caravanas con super camiones que monta Hollywood; y la policía restringió el paso por La Loma, sitio tradicional y público de Cali.

Ese sábado habían pedido cuatro pizzas para el medio día y desde temprano inicié la jornada en Pachakuti.  Me tocó ver el desfile de los cineastas y de los que querían participar, porque además los Netflix hicieron un llamado formal a los que quisieran figurar como “extras”.

Digamos que en nuestro tiempo se han juntado la Nueva Conquista, la Patria Boba y la Sociedad Idiota. 

Pronto pasó por Pachakuti uno de esos gringos, con su séquito de colombianas idiotas. 

-¿Y ustedes son los de Netflix?
-El gringo me miró despectivo de arriba abajo y no respondió.
-I’m asking you if you’re part of the Netflix Crew?  -Le pregunté alto y fuerte como para que se dejara de hacer el ‘asshole’.  Y le dije lo que ese zopenco ni entiende:

Los gringos nos estigmatizan como el país de los narcos, los coqueros, los asesinos, los sicarios desalmados, donde habita la muerte en cada esquina.  Y que para colmo somos los culpables del narcotráfico. Pero ¿quiénes son los verdaderos Narcos? Siempre preguntamos por qué no hay capos de la droga en Estados Unidos. 

Hay varias pistas que revelan que el gobierno de Estados Unidos es el mayor traficante de drogas del mundo, utilizando para ello a la agencia “de inteligencia” CIA, a la DEA (Administración de Drogas) y todo tipo de fundaciones fachada.  El dinero se lava a través de bancos, deportes, finca raíz…

Los colombianos celebramos el partido arreglado del Barcelona porque no entendemos que el fútbol es uno de los negocios que mayor dinero del narcotráfico lava.  Saltamos cuando James hace un gol, porque el problema de ese muchacho que actúa y parece tonto es un reflejo de millones de colombianos: no tenemos ni idea del diablo con el que estamos metido.  

El ex espía ruso Daniel Estulin se ha hecho rico destapando todos los secretos que sabe de la forma en que la guerra de las drogas es toda una estrategia económica de la que depende buena parte de la “macroecomía” global.  La manera en que se trafica desde el Estado norteamericano ya se ha delatado varias veces, especialmente tras la muerte del primer capo gringo del narcotráfico, Barry Seal, que alcanzó a denunciar la red criminal del Gobierno al que servía.

Las manos criminales del Gobierno estadounidense siempre están activas.  Casos famosos son las dictaduras que sostuvieron y los gobiernos que aniquilaron.  En América latina recordamos casos como el de Allende; como toda la generalada argentina; y la generalada y coronelada colombiana, que estudian en sus escuelas para sembrar terrorismo en el pueblo.  El propio Ronald Reagan, siendo presidente salió en la televisión a admitir cínicamente cómo se movían los brazos criminales de su país.  Hablaba de cómo Estados Unidos vendía armas clandestinamente durante la guerra Irak-Irán de 1985, que ellos además habían ayudado a atizar.  Y que con el dinero ilegal financiaban una contrarevolución para derrocar al gobierno socialista nicaragüense.  “Y lo hacemos porque somos Estados Unidos”, y qué, dijo Reagan en la tele.

La Sociedad está idiotizada porque hay un alto complejo de inferioridad.  Los extranjeros son como dioses.  Así los vimos en 1492 y así seguimos.

Por eso están haciendo dinero todavía con nosotros, con el territorio, con los recursos… Extrayendo. No ha cambiado su meta.  Ya han comprado la costa atlántica, van por la pacífica, Santa Marta, el barrio La Candelaria de Bogotá, San Antonio en Cali, una amplia red de ríos que alimentan a la ISAGEN que le vendió Juan Manuel Santos a sus socios empresarios, etc.

Por eso los niños y las chicas idiotas corrían detrás de los gringos el sábado.


NC

Cali, 10 de marzo 2017

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